Un día como hoy, escribí esto.
Estos días son así, talvez el corazón se pone más sensible, talvez al cerrar el ciclo se acumulan sentimientos, talvez son muchos eventos importantes en unos pocos días, talvez es un momento que nos da la sensación de que se enfrentan el pasado y el futuro más que nunca…
Y así, flotando entre tantas cosas en la mente y el corazón, en medio de la algarabía de los pensamientos hago silencio, silencio…
Y me encuentro deshilando un pensamiento…
La vida podría explicarse muy bien como un caos armónico, una explosión ordenada, un juego pirotécnico calculado con precisión en sus colores, y su forma. La vida es, y ahora mismo está sucediendo, mientras escribo hay miles de acontecimientos complejos por cada rincón, a fuera en el mundo y dentro en mi mundo, en el tuyo. Cada tecla que marco para completar una palabra es energía.
Es increíble que estés leyendo ahora y podas entender lo que hace solo un momento era un pensamiento, como los muchos pensamientos que tenemos, a cada momento.
La vida es un milagro constante porque nuestro cuerpo es frágil, es muy fácil morir. Pero vivimos ahora y esto es un regalo.
Hace poco nuestra sociedad celebró un acontecimiento realmente asombroso, único y milagroso. Muchos, aunque celebran no lo recuerdan, no lo asimilan, no les importa, como tantas otras cosas que son importantes. Hoy, a pocas horas de recibir el inicio de un nuevo año quiero recordar nuevamente ese acontecimiento, el nacimiento de Jesús en la tierra, el Hijo de Dios en un cuerpo mortal, frágil, introduciéndose a la vida de la humanidad. Si la vida por sí misma es un milagro y un regalo ¿cómo podemos clasificar este acontecimiento?
Tienen que acecharnos las preguntas, tienen que abordarnos los pensamientos al respecto, no deberíamos pasar la vida sin resolver el misterio de su venida, sin aclarar el significado de su nacimiento para la humanidad…
La vida es, y ahora mismo está sucediendo y mientras escribo y vos lees, ahora, en este preciso momento, hay cosas que están pasando movidas por la misma fuerza de aquel que se hizo humano una vez. Talvez su vida y su muerte tienen un significado para todo lo que tiene vida en la tierra y en el cielo.
Talvez incluso la llegada de un año más, tiene un sentido más amplio y verdadero en el marco de esta buena noticia que ha recorrido los años de historia para llegar a nosotros y a cada vida en particular, y ¿Qué tal si sus palabras diciendo que – vino a dar vida y vida en abundancia- podrían contener la esencia de una vida que hasta hoy hemos dejado pasar? Después de todo, sus palabras fueron para los que ya tenían vida ¿es que acaso hay otra vida?
Quizá si exploramos y profundizamos más en su mensaje nos encontremos que tiene que ver con nosotros y con lo más cotidiano de nuestra vida.
Hoy, que generalmente es un día de reflexión porque termina la vuelta al sol y comienza de nuevo, quiero recordarte a vos que te animaste a leer hasta acá, que Jesús no es una historia bonita de un tiempo remoto, Jesús es un presente continuo que tiene que ver con este momento, con cada momento, que Él es en todo, como todo es en Él, y por lo tanto la esencia de nosotros está en Él. Entonces este caos armónico, esta explosión ordenada tiene su origen y fin en él.