La Nanita

Ella es mi mamá, mi Nanita 🙂
He escuchado afirmaciones increíbles de los labios de esta mujer, ella es maravillosa.
 
Hoy le pregunté a mi mamá como fue que mi abuelita Ester conoció a Jesús.
 
……
 
<<Ella tenía cáncer en el oído – comenzó -, había ido con varios doctores allá en Tiquisate, ella sufría mucho del dolor de oído. Cuando ella comenzó con esa enfermedad nosotros nos asustamos mucho porque ella era la que cuidaba de nosotros, ella ganaba para la comida. Mi papá solo ganaba para gastarlo en cerveza.
 
Yo estaba muy pequeña, pero recuerdo bien.
 
Un día mi mamá le dijo a tu tía Blanca que fuera a donde los evangélicos, ellos hacen oraciones por los enfermos le dijo. Tu tía se fue en ese momento y en la tarde los hermanos llegaron. “Nosotros venimos por pura fe doña Ester» – le dijeron- y comenzaron a orar. Eran mujeres con mucha fe, pero qué oración más fervorosa la que hicieron por mi mamá.
 
-Mañana hay campaña en el Centro II, si quiere venimos por usted.
-Si, vengan, ella se sentía aliviada.
 
En la madrugada del siguiente día mi mamá se levantó con un hambre tremenda, era tanta que le dijo a mi papá que bajara una gallina y Blanca la cocinó, casi se terminó la gallina ella sola.
 
Pues como yo siempre andaba pegada con mi mamá me fui con ella al Centro II. «Yo ya he sido sana» nos dijo mi mamá, ya no le dolía nada y andaba muy feliz.
 
En el culto, yo recuerdo bien que dije dentro de mi, este es el Dios del que habla toda esta gente. Este Dios sanó a mi mamá.
 
Mira mijo, cuando yo me he sentido débil en la fe, yo me recuerdo de eso, de este Dios todo poderoso que sanó a mi mamá, y entonces digo, no, tengo que seguir y me aferro al Señor.>>
 
…..
A mi mamá le brillaron los ojos cuando recordó sus propias palabras: “Ese es el Dios del que habla toda esta gente” y mientras ella decía esto yo también vi pasar muchas imágenes de mi mamá orando con mucha fe y todas sus iniciativas, su servicio en la iglesia a través del Concilio, el grupo de oración, el grupo de misión.
 
Mi mamá estudió hasta segundo primaria, dice que aprendió a leer leyendo la Biblia.
 
En su relato agradecí mucho a Dios por esos evangélicos que llegaron a orar por mi abuela, esas hermanas, mamás, seguramente, con esa fe tan ferviente.
 
Con ese milagro llegó Jesús a mi abuelita, a mi mamá, y a mi vida.
Estos días de encierro no dejo de sorprenderme de los detalles en la vida de esta mujer que me ha sorprendido con un oído atento a mis enredos personales, con respuestas llenas de amor y sabiduría, con una espiritualidad que me rebasa, y un corazón apasionado por el Señor.
 
 
 
 
 

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